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lunes, 23 de noviembre de 2015

¿TO READ OR NOT TO READ? THAT`S THE QUESTION.

Dicen los estudiosos del tema que el cerebro de un niño se duplica en el primer año de vida, y que en los años posteriores, los niños son esponjas dispuestas a absorber toda la información que se les proporcione, “si la estimulación es la adecuada”. En este punto podemos estar de acuerdo, o en desacuerdo, según la importancia que demos a otros factores que intervienen en el proceso.



Refiriéndonos al tema de la lectura, hay que tener en cuenta, que para poder leer y escribir, primero es necesario:
ü Haber alcanzado el grado de maduración adecuado.
ü Tener el desarrollo psicomotor apropiado (conceptos como antes, después, arriba, abajo..., la presión y prensión del útil...).
ü Poseer un buen manejo del lenguaje.
ü Estar motivado, querer aprender a leer, sentirlo como necesidad...
ü Tener un entorno propicio.
ü Enfrentarse a dificultades y ser capaces de resolverlas.
ü Construir destrezas sociales.


Por esto, porque cada niño tiene unas peculiaridades, un ritmo y una vida, no pueden aprender todos del mismo modo ni al mismo tiempo. No hay reglas exactas.


Hay quién opina que sobre los 4 ó 5 años, en la mayoría de los casos, el cerebro, no está convenientemente preparado para acceder al simbolismo de la lectura. Por esto, es muy importante trabajar para contribuir a desarrollar su ritmo natural, ya que la madurez cerebral conduce a un aprendizaje exitoso.



También hay quién piensa todo lo contrario, que si se insiste y se trabaja desde muy pronto se aprende antes. Otros creen que todo este tiempo invertido en forzar el proceso lector, es tiempo “hurtado” a otros procesos tan importantes, o más, que la lectura.
¿Cuáles son las actividades previas a la lectura y escritura?
Jugar, explorar, manipular, avanzar en autonomía, pensar, curiosear, dramatizar, interactuar con sus iguales, controlar el cuerpo poco a poco (hombro, codo, muñeca, mano, dedos...), hablar, recitar, dibujar, recortar, colorear...





Aún así, se necesita mucho tesón y esfuerzo por parte de los niños para aprender a leer, y si se les fuerza puede ser contraproducente ya que les puede provocar ansiedad, desconfianza, falta de autoestima, sensación de fracaso, desmotivación...
“ ¿Alguien ve correcto que un niño empiece a andar antes de los 6 meses?”
Dejamos un artículo muy interesante aparecido en la revista on line "Psychology Today", relacionando con el tema
http://www.estonoesunaescuela.org/bitacora/aprendizaje-autonomo/instruccion-academica-temprana-retrasa-desarrollo-intelectual?utm_sourc
Aquí queda la reflexión.

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